The Stone Roses: ascenso y abrupto final de una leyenda que pudo ser
A mediados de los ochentas,
Manchester, una ciudad puramente obrera, era conocida por albergar algunos de
los barrios más pobres de la Inglaterra de fin de siglo; por el Manchester
United y por ser pionera en sonidos electrónicos como el House que se hacía en
la “Hacienda” –mítico club que se convirtió en referente histórico de la movida
musical en la ciudad años después- un punto de encuentro para todos aquellos
que se interesaban en la música Pop de Michael Jackson, Phill Collins o U2.
Se dio entonces, un caldo de
cultivo artístico pocas veces visto, donde, nacieron bandas que combinaron la
psicodelia y energía de los incipientes raves, con esa melodía pop de la música
británica que parecía haber sido destinada al olvido. Fue entonces, cuando
aparecieron cuatro genios, cuatro mentes tan distantes y tan distintas que fue prácticamente
un milagro que hayan coincidido bajo un mismo nombre: The Stone Roses.
Mani, Reni, Ian Brown y John
Squire, emprendieron una de las historias más icónicas de la música mundial.
Aparecieron como un golpe súbito, como un destello en el cielo que iluminó la
precaria oscuridad que imperaba en la isla británica a finales de los ochenta.
Su primer álbum –The Stone Roses- fue un éxito inmediato, pasaron de ser una
prometedora banda de humilde origen, al fenómeno alternativo más importante de
Europa en tan solo un par de años.
I Wanna Be Adored - The Stone Roses |
I’m The Resurrection, I Wanna BeAdored, Waterfall, Made of Stone y She Bang The Drums, se convirtieron en clásicos
inmediatos que aún hoy son vigentes. Retomando la actitud pedante y sobrada
típica de las bandas británicas de los sesentas –The Kinks, The Who, Rolling
Stones-. Se sabían mejores, entendían que eran capaces de tomar al mundo con su
música ¿Su único obstáculo? Ellos mismos.
En el escenario eran cuatro
músicos irreprochables que rayaban en la genialidad, debajo de él, eran cuatro
egos chocando una y otra vez tratando de sobreponerse uno sobre el otro. Hasta
que la catástrofe sucedió. Ian Brown, vocalista y letrista, nunca se guardó
ningún comentario sobre la mala relación que tenían con su disquera en aquel entonces
–Silvertone- a quienes siempre atacaba cuando tenía oportunidad, debido a las pocas
regalías recibidas de su disco debut.
Historia, que, terminaría en los
juzgados, donde, la banda buscaba terminar con su contrato de cinco años ya
pactado con la compañía, a lo que Silvertone respondió con una demanda que impediría
a los Roses grabar con otro sello discográfico durante los siguientes cuatro
años. Caso que terminaría ganando la disquera, dejando a Ian Brown y compañía
impedidos. Tan cerca el éxito, tan ingrata la vida. La oportunidad de
convertirse en un fenómeno mundial termino ahí.
She Bang The Drums - The Stone Roses |
La banda soporto la eterna espera,
no sin acentuar las tensiones entre cada miembro de la banda. Convirtiendo las sesiones
de grabación de Second Coming –segundo y último disco- en un infierno total. Aun
así, se las arreglaron para crear un disco majestuoso, ya entrados en los
noventas, los Stone Roses dejaban en claro que ellos pertenecían a otra liga y
que no había quien se les equiparara. Canciones como Fools Gold, Love Spread y
Breaking Into Heaven, eran sólo una síntesis del legado que dejarían para la
eternidad.
Sin embargo, el daño estaba
hecho, la espera y posterior grabación del disco, había dejado una herida de
muerte. Reni, baterista, dejaría a los Roses casi inmediatamente después del
lanzamiento del disco. Semanas después, John Squire, guitarrista y alma musical
de la banda, seguiría ese mismo camino. A pesar de los intentos de seguir con
el proyecto y de incluso recibir una oferta de Slash –si, el de Guns N’ Roses-
para tomar el puesto vacante de Squire; Ian Brown y Mani, decidieron ponerle
punto final a los Stone Roses.
Años después, en 2011, la banda
se reunió de nuevo para dar un par de shows enormes y multitudinarios en
Inglaterra, para posteriormente realizar una gira mundial que los trajo incluso
hasta la Ciudad de México. Por desgracia, las diferencias eran tales que en
medio de la reunión la banda se empezó a desmoronar, hasta que finalmente y por
última vez, Ian Brown declaró a los Stone Roses muertos sin posibilidad de
reunión.
Su legado está ahí, hay que
entender, que, sin los Roses, muchas bandas posteriores a ellos no hubieran
tenido el mismo impacto, ni el mismo sonido. Ellos fueron la primera de una ola
de bandas de Manchester que salieron a conquistar al mundo. Una era dorada en
la que las grises calles de Burnage –uno de los barrios más pobres de
Manchester- dieron ídolos, era, que terminaría con el meteórico y abrupto
ascenso de Oasis, pero eso, eso es otra historia.
Portada de su primer disco. The Stone Roses |
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