El Mató a un Policía Motorizado: todavía quedan bandas chingonas en español





Es difícil hallar ese placer de encontrar bandas como “El Mató”, donde en un segundo la magia sucede, su música conmueve y te estruja el alma. Ese sentimiento es el motivo para dejar el oído abierto a todo lo que uno desconoce


Empecé a escuchar a El Mató a un Policía Motorizado desde hace poco tiempo. Nombre inconfundible –quizás inolvidable- que alguna vez leí en una revista hace años, sin embargo, nunca me di la oportunidad real de escuchar a los argentinos. Me los tope en algún festival hace tiempo y pasé de largo, sí, que imbécil fui. Años después, estoy rendido ante un álbum monstruoso y shows en vivo que me enchinaron la piel.

La Síntesis O’Konor, ese es el nombre de su más reciente disco y me atrevería a decir, obra maestra. Un breviario de emociones que añoran el amor a la deriva que se busca rescatar; el amor perdido que se anhela y la búsqueda de un nuevo comienzo. Santiago, vocalista y líder espiritual de la banda, es la esencia que atrae, una voz que golpea y que a veces susurra buscando olvidar su tristeza.

Me gusta estar de nuevo acá, aunque no hayas preguntado por mí. Voy a quedarme un poco acá, cuidarte siempre a vos en la derrota, hasta el final, el final…”. El Tesoro, El Mató a un Policía Motorizado.

El disco musicalmente es una joya. Fue grabado en Sonic Ranch, el estudio más grande del mundo dio cabida a estos seis argentinos que, en sólo 10 días, crearon su síntesis. Por otra parte, catalogar a la banda dentro de un solo género o etiqueta sería egoísta e injusto. 

Suenan por momentos a Weezer, a Blur, Sonic Youth o a Radiohead, pero con una esencia propia que encanta. Con una identidad sólida. Sus letras a pesar de tocar temas melancólicos guardan una carga de sátira y humor que pocas veces se escucha. 

La Síntesis O'Konor


Y es que los argentinos nunca han sido una banda solemne. Basta con echarle un vistazo a sus siete discos de estudio –si siete- para darse cuenta de que el sentido del humor es parte de su música. Canciones como: Viejo Ebrio y Perdido, Guitarra Comunista, Amigo Piedra – mi favorita personal. Se convierten en ejemplos perfectos de lo honestos que son con su música. 

Tuve la oportunidad de verlos en El Lunario, ahora sí como alguien que entiende lo que tiene enfrente y francamente, como fan. Sin embargo, no estaba preparado para lo que me tocó presenciar esa noche. De entrada, su sonido es distinto, mucho más potente, algo que nunca se podría capturar en un disco de estudio, para entenderlo hay que estar ahí, sentir la electricidad que emanan de a poquito con sus canciones los seis en el escenario.

Santiago Motorizado, desde El Lunario. Foto por Iván Bobadilla

El Mató a un Policía Motorizado, desde El Lunario 2019. Foto por Iván Bobadilla


Más allá de su música, lo que destaca es su look, la banda luce tímida poco expresiva. Por su parte, Santiago: es regordete con barba, todo lo contrario, al mal llamado “rockstar” o al típico frontman al que nos tienen acostumbrados. Porta una playera negra y unos pantalones negros que no dicen mucho. Monosilábico, no intercambia palabras con el público, sólo un “gracias” basta para hacer que las ovaciones se dejen caer al final de cada tema y un pulgar arriba demuestra su aprobación para el público que, infatigable, canta cada canción como la vida se les fuera en ello.
Nadie que lo viera caminando por la calle diría que Santi posee esa voz que desgarra el corazón, ni que tiene ese talento innato para crear canciones que mueven y conmueven. Eso los hace aún más especiales para mí. 

Por muchísimos años perdí el interés de encontrar cosas nuevas de bandas en español, después de un sinfín de decepciones y proyectos que no me inspiraban nada más que nauseas. El Mató a un Policía Motorizado renovó mi esperanza y deseó por seguir buscando. Porqué son honestos, no intentan crear una parafernalia artificial alrededor de ellos, sólo dejan que su música hable. Son seis seres humanos en el escenario que disfrutan de crear y hacer música, y se nota. Aún hay bandas en español chingonas, y que bueno. 


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